Durante la restauración de la iglesia parroquial de Prádena del Rincón entre 2011 y 2014, se descubrió una fascinante necrópolis que se remonta a la fundación del templo en el siglo XII. Ubicada bajo el atrio mudéjar orientado al norte, la necrópolis cuenta con 96 tumbas antropomorfas esculpidas en la roca, mirando hacia el este como símbolo de resurrección. A partir del siglo XVII, dejó de ser un cementerio para convertirse en granero y más tarde en la sala social del pueblo.
Esta necrópolis, utilizada desde el siglo XII hasta el XV y de forma residual hasta el XVII, revela la práctica común de enterrar a los difuntos en la iglesia, cerca del Altar Mayor, para asegurar su resurrección celestial. Muchas de las tumbas, de dimensiones reducidas, sugieren entierros de niños debido a la alta mortalidad infantil de la época. La necrópolis albergó interesantes hallazgos, incluidas monedas de Caronte, y parte de estos objetos funerarios se exhiben en un museo en el antiguo coro de la iglesia, junto con información arquitectónica y fotografías históricas.