La tradición de Los Mayos en los pueblos de la Sierra Norte de Madrid es una celebración arraigada en su cultura. Cada año, al llegar el mes de mayo, algunas comunidades de esta zona se reúnen para rendir homenaje a la primavera con una serie de rituales y festejos que han perdurado a lo largo de los siglos.

Los Mayos

¿Cuál es el origen de «Los Mayos»?

El origen de esta fiesta se remonta a tiempos precristianos, vinculándose con ritos destinados a asegurar las cosechas y honrar a la naturaleza, concretamente, a los árboles. La tradición del Mayo se manifiesta de diversas formas dependiendo del pueblo, pero todos comparten un denominador común: el levantamiento del «Palo de Mayo» o «Mayo», que consiste en un tronco alto y recto, que se coloca en un lugar destacado del pueblo.

Relacionado con Los Mayos podemos encontrar canciones tradicionales de la Sierra Norte compuestas para cantar a las mayas qué mayo les había tocado, como la recogida por el grupo Jaras de Alcor, en su disco “Música Tradicional de Madrid” Vol.2.

¿En qué consiste la tradición de «Los Mayos»?

El 1 de mayo se planta en la plaza un gran árbol cortado en los bosques del entorno, buscando siempre el más alto y hermoso. Al día siguiente, bajo la sombra de sus ramas, se lleva a cabo el sorteo de parejas: mediante la extracción de papeletas, los jóvenes del pueblo se emparejan al azar para ser «mayo» y «maya» durante un año. Además, los chicos eligen a un alcalde de mozos y las chicas eligen a la Mayordoma y Menordoma entre las jóvenes del año.

Durante la primavera, los «mayos» tienen la obligación de adornar con retama a sus «mayas» al menos tres veces antes del día de San Juan. Los mayos más jóvenes se encargan de recoger las ramas de retama florecida y custodiarlas hasta la noche, cuando, al amparo de la oscuridad, trepan hasta los balcones de sus mayas y los decoran con las flores de retama.

los mayos

Fotografía de «Jotabrun» (obtenida de la web de Montejo de la Sierra).

Los mayos que cumplen con sus obligaciones reciben de sus mayas una cesta de rosquillas, entregada el día del Cordero. En este día, mayos y mayas celebran el inicio del verano con una comida campestre en los tinados del arroyo de la Mata (en el caso de Montejo de la Sierra). Se cocinan corderos y otras viandas preparadas con antelación, compradas con el dinero recaudado de «la costumbre».

«La costumbre» era una aportación «voluntaria» que los novios de fuera del pueblo hacían por las mayas locales. El alcalde de mozos cobraba esta contribución, que generalmente consistía en un cordero y una arroba de vino. Si alguien se negaba a pagar, solía ser llevado al pilón de la Fuente de los Tres Caños (Montejo de la Sierra) hasta que accedía.

Una vez realizado el pago, el novio firmaba en el libro de los mayos y se le consideraba un mozo del pueblo, sin más molestias. Todos los pagos y gastos quedaban registrados en el libro de cuentas de los mozos, custodiado por el alcalde, y prohibido para los casados bajo pena de caer al pilón. Estos dos libros se transferían de un alcalde a otro al final de su mandato.

Cuando ya ha tenido lugar el trámite, el novio firmaba en el libro de los mayos y tenía la consideración de mozo del pueblo y ya no se le “molestaba más”. Todos los pagos y gastos quedaban recogidos también en el libro de cuentas de los mozos, bajo custodia del alcalde, que no podía leer ningún casado a riesgo de caer al pilón también. Estos dos libros pasaban de mano de un alcalde a otro al finalizar su mandato.

Actualmente, dos municipios continúan celebrando esta tradición en la Sierra del Rincón: Puebla de la Sierra y Montejo de la Sierra.