Esta senda lleva a los visitantes al molino de Horcajuelo, donde pueden observar las norias que son testigos del mecanismo que operaba dos pares de piedras de granito. A lo largo del camino, se encuentran un talud con nidos de abejaruco, frescas praderas ideales para hacer un pequeño descanso, y áreas donde disfrutar de los hermosos contrastes de color, como una evocadora aliseda mezclada con melojos, rosales y álamos.
El regreso por la Dehesilla de Horcajuelo atraviesa prados con robledales y genistas, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de disfrutar de una panorámica interesante.